

Todas las situaciones en la vida nos ofrecen una oportunidad de auto-conocimiento, puesto que mi reacción ante lo que sucede, no depende de lo que realmente sucede, si no de cómo yo lo estoy viviendo o lo estoy juzgando.
Quiere decir que NADIE puede ver al otro como realmente es, puesto que lo está observando a través de sus propios filtros mentales y va sacando conclusiones en base a sus propias creencias y experiencias del pasado.
La forma en la que yo veo cada situación, depende exclusivamente de mi estructura mental y emocional y de mi sistema de creencias, por lo tanto cada situación habla única y exclusivamente de mi.
Es por esto que ante una misma situación, varias personas pueden reaccionar de formas totalmente distintas y podemos discutir eternamente sobre un concepto sin llegar a un entendimiento.
Únicamente teniendo en cuenta este funcionamiento de nuestra mente, podemos poner “en observación” nuestros juicios y sentimientos sobre otras personas y antes de emitirlos o sentenciar a nadie preguntarnos: ¿qué dice esto de mi?, ¿qué conflicto tengo yo con este sentimiento o situación?, ¿a qué tipo de experiencias y creencias personales se deben mis juicios?.
Es un ejercicio profundo de honestidad y amor hacia uno mismo y por lo tanto hacia los demás. Puesto que cuando reconoces que no sabes absolutamente nada del otro y trabajas únicamente en ti, trasciendes la fantasía mental de la realidad, la fantasía de la separación con el otro y empiezas a ver con el corazón, con la certeza de unidad que todos somos.
“Amarás al otro como a ti mismo” quiere decir exactamente ésto. Si juzgas al otro, no te amas absolutamente nada, puesto que para ver la inocencia en los demás, primero la tienes que encontrar en ti.
Gemma Pitarch
Puedo decirte sin temor a equivocarme, cuál es el común denominador de todas las situaciones difíciles que has vivido.
De todas las dificultades con las que te has encontrado.
De todas las injusticias sentidas.
De todos tus sueños rotos…
El común denominador eres TÚ.
Tú eres lo que coincide en todas esas situaciones y por lo tanto en tí está la clave para comprender y cambiar esos patrones de repetición.
Es la mirada honesta y amorosa hacia dentro y no el dedo acusador hacia fuera, lo que te dará la respuesta.
Gemma Pitarch.