No me pidas disculpas, si tienes la necesidad de hacerlo, debes saber que yo no las necesito.
Si tienes la necesidad de pedirme disculpas sigues creyendo en la fantasía de la dualidad.
Lo que estas diciendo con tus disculpas es que todavía crees que puedes herirme, por lo que todavía crees que alguien puede herirte a ti.
Eso implica que piensas que lo que sientes en un momento determinado depende de lo que otro te ha hecho y no de tus propios pensamientos y sentimientos al respecto de lo sucedido.
En cambio si vienes y me dices que te has dado cuenta de que proyectaste en mi tal o cual creencia, o tal o cual herida y de ahí tu reacción, yo sabré que has despertado un poco mas del sueño, que has aprendido algo nuevo a través de una experiencia conmigo y me sentiré feliz de haber servido de algún modo para que lo hagas.
Tus disculpas en cambio, solo me dicen que tarde o temprano la situación se volverá a repetir, porque sigues funcionando en modo automático, culpando a otros o culpándote tú por lo que sucede.
Las disculpas solo sirven para que el ego se satisfaga y se sienta con la razón: «yo estaba en lo cierto y tú no». No alimentan nada productivo.
No me pidas disculpas, dime lo que has descubierto de ti, lo que has aprendido y las resoluciones internas que has tomado al respecto a través de la situación. Yo te contaré las mías porque siempre es un movimiento recíproco, SIEMPRE. Entonces verdaderamente todo esto habrá sido fructífero.Gemma Pitarch