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Usamos las acepciones: ser humanitario, humanismo, humanidad dandoles un significado de altruismo y sentimientos positivos, que lamento decirte, no tienen en absoluto.

Nuestro lado “humano” es un complejo biológico cuerpo/mente instintivo y con una programación fuerte y clara, garantizar la supervivencia de la vida física.

Nos permite cierto rango de camaradería y altruismo mientras todo esté tranquilo, pero cuando algo va mal, el instinto humano es el de “salvese quien pueda”.

Nuestros instintos y automatismos inconscientes nos llevan a decisiones o acciones encaminadas al servicio a uno mismo y a veces por extensión a “los nuestros”.

Desde nuestro lado humanitario o humanidad, no generaremos algo distinto a lo que ya viene siendo “la historia de la humanidad”.

Sólo cuando vamos más allá del humano en cada uno de nosotros, conectamos con la PLENITUD que somos, nuestra DIVINIDAD o SER, pero para ello es necesario hacer un ejercicio de VOLUNTAD que muy pocos están dispuestos a atravesar, porque precisamente nuestra humanidad no nos lo pone nada fácil.

El ejemplo más comprensible y quizá experimentado por muchos, es el acto de atravesar un gran miedo. Necesariamente nos hemos exigido contradecir todas las alarmas biológicas e inconscientes que a través de una fuerte sensación de miedo y multiples pensamientos de justificación, nos han tratado de parar en nuestra VOLUNTAD de atravesarlo.

Pero después nos invade un sentimiento de PLENITUD y fuerza imparable, difícil de definir con palabras.

Eso es lo que verdaderamente ERES.

La PLENITUD es eso que se siente cuando atravesamos nuestra humanidad y solo se consigue a través de un ejercicio de VOLUNTAD y una decisión CONSCIENTE.

Por eso este SER (humano) que aquí escribe, ama valores como la fidelidad, el compromiso, la lealtad, la sinceridad, la honestidad, cumplir con palabra dada y no hacer a los demás aquello que no desearía para mi.

Todos estos valores contradicen mis instintos naturales y debo hacer uso de la VOLUNTAD de alinearme con el SER y no con mi biología y automatismos para llevarlos a cabo.

A veces cuando bajo la guardia, “me la juegan” y otras veces yo decido dejarme llevar, pues en ciertas circunstancias dan satisfacciones.

Nada está mal, ni bien, pero no estamos aquí, dentro de un cuerpo físico solo para entretenernos observando sus instintos.

Eso puede ser una parte del recorrido, pero la verdadera intención es poner nuestra DIVINIDAD en el tablero del juego.

El estado de PLENITUD sólo se alcanza yendo más allá de nuestra humanidad y sus instintos.

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